Debido a la estructura política de Israel, Netanyahu gobierna hoy un parlamento fragmentado y necesitado de coaliciones políticas. En la actualidad, tras una crisis interna de gran calado, el primer ministro israelí es muy dependiente de sus aliados ultraortodoxos y ultranacionalistas, quienes muchas veces le empujan a una línea incluso más dura en el conflicto palestino. 

¿Cuál ha sido la evolución política de Israel? ¿Quiénes han sido los protagonistas? 

Configuración política de Israel

El 14 de mayo de 1948, un día antes de la expiración del Mandato Británico, David Ben-Gurión, jefe de la Agencia Judía, declaró «el establecimiento de un Estado judío en Eretz Israel». 

Con la Declaración de Independencia de Israel, se proclamó el nacimiento del Estado y se establecieron los principios fundamentales de su sistema político. El documento prometía una democracia basada en la libertad, la justicia y la paz, con plenos derechos sociales y políticos para todos sus ciudadanos, sin importar su religión, raza o sexo. Se creó un parlamento unicameral, la Knéset, con un total de 120 parlamentarios elegidos en circunscripción única y mediante elecciones generales, nacionales, directas, iguales, secretas y proporcionales que ostentan el poder legislativo supremo.

El sistema de gobierno israelí es una democracia parlamentaria. El jefe de gobierno es el Primer Ministro, quien es el líder del partido o coalición que cuenta con el apoyo de la mayoría de los miembros de la Knéset. El Presidente del Estado de Israel, en cambio, es un cargo ceremonial con funciones principalmente representativas y es elegido por la Knéset. La elección del primer ministro es indirecta: los ciudadanos votan por partidos políticos y el presidente encarga al líder del partido con más escaños la tarea de formar gobierno.

Evolución y partidos políticos de Israel

Pese a no haber sufrido muchos cambios legislativos, la mayoría parlamentaria israelí ha evolucionado significativamente a lo largo de los años. Los primeros gobiernos estuvieron dominados por el partido laborista (Mapai, posteriormente fusionado en el Partido Laborista Israelí), que defendía el socialismo y la socialdemocracia. Esta hegemonía se rompió en 1977 con la llegada al poder del Likud, un partido de centroderecha liderado por Menajem Beguín, marcando el inicio de la alternancia política.

Un aspecto crucial del sistema electoral israelí es la representación proporcional. Esto significa que los escaños en la Knéset se distribuyen entre los partidos en proporción a los votos que reciben a nivel nacional. Si bien esto asegura una representación amplia de la diversidad política del país, también ha llevado a una fragmentación parlamentaria crónica. La formación de gobiernos de coalición es la norma y los gabinetes suelen ser inestables, lo que ha derivado en múltiples elecciones anticipadas.

La figura de Benjamín Netanyahu es central en la historia política reciente de Israel. Su primer mandato como Primer Ministro fue en 1996, y desde entonces ha sido una figura dominante en la política del país. Su ascenso y consolidación en el poder reflejan las transformaciones de la sociedad israelí, incluyendo un giro hacia la derecha en cuestiones de seguridad y una creciente influencia de los partidos religiosos. Netanyahu ha liderado gobiernos de coalición, a menudo con el apoyo de partidos nacionalistas y ultraortodoxos, lo que ha generado debates internos sobre la dirección del país.

Partidos en el Gobierno

La última llegada al poder de Netanyahu, tras las elecciones de 2022, es un claro ejemplo de la compleja dinámica política israelí. Tras un breve periodo en la oposición, logró formar una coalición con una mayoría parlamentaria de pocos más de 60 escaños sobre 120, apoyado por partidos de derecha y religiosos: 

Partidos en la oposición

Frente a ellos, se agrupa una oposición formada por un espectro de partidos que va del centro a la izquierda y partidos que representan a la población árabe:

Esta fragmentación de partidos es muy relevante porque obliga a mantener alianzas estables aunque muy frágiles, como ya se ha adelantado. De hecho, recientemente Netanyahu ha sufrido una de sus mayores crisis políticas*, pues tanto Shas como Judaísmo Unido decidieron abandonar el Gobierno debido a la obligación de alistar a los estudiantes de las yeshivas. Si bien Shas no ha salido como tal de la coalición parlamentaria, el apoyo de ambas formaciones ahora mismo es mucho más dudosa, por lo que se calcula que Netanyahu contaría ahora mismo con una mayoría todavía más justa. 

La cuestión de Gaza bajo este prisma

La debilidad parlamentaria de Netanyahu frente a sus socios es clara. Esto puede verse en el posicionamiento de cada uno de estos partidos en la invasión de la franja de Gaza: mientras que el Likud de Netanyahu defiende la operación con un enfoque en la destrucción de Hamás, los partidos de extrema derecha como Otzma Yehudit y Sionismo Religioso abogan por una postura aún más dura y radical, incluyendo la expansión de asentamientos en Gaza. 

Por el contrario, en la oposición, los partidos de centro, como Yesh Atid y Unidad Nacional, han apoyado la operación militar, en particular en sus etapas iniciales. De hecho, tras los ataques de Hamás, el partido Unidad Nacional de Benny Gantz se unió al gabinete de guerra de emergencia, demostrando su apoyo a la acción militar. No obstante, Gantz se retiró del gobierno en junio de 2024, alegando que Netanyahu no estaba manejando la guerra de manera efectiva y que las decisiones se tomaban por «razones políticas». Aunque Gantz no se opone a la operación per se, sí critica la gestión de la guerra y la falta de un plan de posguerra.

Los partidos de izquierda y los partidos árabes, como Hadash-Ta’al y el Partido Laborista, son los principales opositores a la operación militar. Estas formaciones critican duramente la gestión de la guerra, el número de víctimas civiles en Gaza y la falta de un horizonte político para la paz, abogando por un alto el fuego y una solución diplomática al conflicto.

Si había cierto consenso a la hora de llevar a cabo esta operación militar, ¿cómo es que están prosperando las opciones más radicales de los partidos religiosos, incluso en contra de la opinión de los mandos militares, como se ha avanzado al principio? La primera causa es que, de no ceder a las pretensiones de sus aliados ultrarreligiosos, estos podrían dejar de apoyar los presupuestos del gobierno, generando automáticamente la convocatoria de elecciones anticipadas. La segunda, quizás menos solemne incluso, sería evitar el juicio del Primer Ministro Netanyahu por corrupción

En todo caso, la fragmentación de partidos y sus opiniones enconadas en la cuestión capital del país semita hacen muy compleja tanto la caída del actual gobierno (que presumiblemente podrá aguantar hasta 2026) como la formación de una mayoría alternativa mínimamente sólida. Sin embargo, no puede descartarse que la amenaza de la crisis económica (por sostener al país completamente movilizado) pueda pasar factura al actual gobierno haciendo que colapse. 

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