
Si la inmigración se ha consolidado como el tema central en las elecciones alemanas de este domingo, uno de los protagonistas indiscutibles del debate ha sido el ex canciller Olaf Scholz. Su papel en la gestión de la política migratoria, así como sus decisiones y posturas al frente de la coalición semáforo, han generado un intenso debate entre los votantes y los distintos sectores políticos, convirtiéndolo en un jugador clave en el desarrollo de la contienda electoral. Hoy vamos a centrarnos en su figura, para hablar de él, de su partido y del periplo que están enfrentando durante esta campaña electoral.
Joseph Campbell en su libro de 1949 El héroe de las mil caras plantea un interesante concepto que ha moldeado en gran medida la manera que tenemos de entender las historias y a sus protagonistas: el camino del héroe. Este es un modelo narrativo que describe el viaje de transformación de un protagonista a través de desafíos, aprendizaje y crecimiento. Se compone de diversas etapas, desde su llamado a la aventura hasta su regreso con una nueva sabiduría. Este modelo está presente en todo tipo de historias, desde Star Wars a Hamlet pasando, por supuesto, por la campaña electoral alemana de 2025.
Mundo Ordinario
¿Dónde empezó su andanza nuestro héroe? En este caso, nos remontamos a 2021, año en el que Scholz se convirtió en canciller de Alemania, que es como se conoce al jefe de Gobierno en el país. Lo consiguió liderando la conocida como coalición semáforo, una unión a tres bandas entre su partido (los socialdemócratas), Los Verdes y el Partido Democrático Libre (FDP, los liberales). El acuerdo parecía complejo pero funcional, con un Scholz motivado y dispuesto a solucionar cualquier caso de fricción alcanzando difíciles compromisos.
Llamada a la Aventura
Con la perspectiva que da el tiempo, sabemos que la situación ha sido mucho más compleja de lo esperado. Las tensiones internas eran recurrentes y, finalmente, la coalición terminó por estallar a finales de 2024. Esa historia y, más concretamente, el papel que tuvo en ella el partido liberal es también fascinante y te la contamos aquí.
Scholz se presentó ante el Bundestag el 12 de diciembre de 2024 para afrontar una cuestión de confianza que sabía perdida. ¿El motivo? Convocar elecciones anticipadas al tener ya la certeza de que la legislatura estaba condenada. Comenzaba aquí, con una primera muestra de determinación, una aventura cuyo desenlace no veremos hasta el domingo.
El Umbral
El esquema planteado por Campbell ha tenido diversas iteraciones a lo largo de su existencia, pero en ninguno falta el umbral. Este es el punto de transición entre el mundo ordinario y el mundo especial. En este momento, el héroe deja atrás su vida cotidiana y se aventura en lo desconocido, enfrentando su primera gran prueba o desafío. A menudo, en este paso, el héroe encuentra un “guardián del umbral”, que puede ser un mentor, un enemigo o una circunstancia que pone a prueba su determinación antes de cruzar definitivamente al mundo de la aventura. Para Scholz, este guardián del umbral fue la reunión de la junta del SPD el 25 de noviembre de 2024, en la que se ratificó su candidatura a las elecciones generales de febrero.
Esto pilló a muchos por sorpresa, pues el canciller contaba con un muy bajo índice de aprobación, de solo un 18% frente al 66% de Boris Pistorius. Pistorius, ministro de defensa, es un nombre muy popular y, a pesar de quedar relegado a un segundo plano desde el principio, ha participado de manera activa en la campaña con Scholz. Solo el héroe puede cruzar el umbral.
Las Pruebas
Shakespeare en Hamlet hablaba de la nobleza que hay en el hecho de aguantar los ataques con hondas y flechas de la azarosa fortuna. Esta es la parte más importante del viaje del héroe y en la que se encuentra sumido Scholz ahora mismo.
Los resultados no están siendo buenos: los socialdemócratas se están enfrentando ahora mismo a unos resultados del 15,5% del voto total, lejos de ese 25,7% que les dio la victoria en 2021. Scholz tiene además que mirar muy hacia arriba para ver a sus rivales, pues la AfD conseguiría el 20% de los votos y una imponente CDU que obtendría el 30%. Y no solo están encima los problemas, por debajo Los Verdes han recortado bastante distancia, llegando al domingo con un 13,4% de intención de voto.
Como adelantábamos al comienzo del artículo, la cuestión migratoria está en el centro de la diana durante estos comicios. Frente a la dureza y la intransigencia con la población migrante de AfD, a la que la CDU se va acercando con cada vez más entusiasmo, Scholz enfrenta este desafío con un enfoque diferente.
La espada con la que Scholz y los socialdemócratas intentan atacar a este dragón es bien distinta. La idea de base es que la inmigración, en su vertiente regular, es algo positivo y necesario en una Alemania cuya sociedad, al igual que en el resto de Europa, está enormemente envejecida. Reconocen, sin embargo, los peligros de una inmigración ilegal descontrolada, pero en vez criminalizar al migrante, plantean como alternativa la inversión en los países de origen y la externalización del control migratorio. También plantean en este respecto reducir los trámites burocráticos exigidos en materias de migración, enfocándose en una digitalización inteligente que simplifique los procesos. Pero ojo que su programa no descarta del todo las deportaciones, diciendo al respecto:
“Preferimos las salidas voluntarias, ya que son más humanas. Si esto se rechaza, recurrimos a deportaciones rápidas y consistentes, especialmente en el caso de criminales.”
Al margen de su intención expresada de “mantener las fronteras todo lo abiertas que sea posible” (aunque ya hemos visto que la realidad no es del todo así), uno de los aspectos más sorpresivos de la política migratoria de los socialdemócratas es que en ella se incluye el aumento de inversión y desarrollo en la Alemania del Este. De este tema también hemos hablado como parte de nuestra cobertura especial de las elecciones alemanas, pero el este del país se ha volcado de manera casi unánime con la AfD. Scholz plantea esto como un problema de rabia ciudadana ante un bajo desarrollo que limita sus oportunidades y ha puesto sobre la mesa la intención de atajar el problema.
Los choques entre modelos migratorios están siendo muy fuertes en los debates electorales, llegando Scholz a decirle a Merz (el candidato de la CDU) “¿Cómo puede alguien ser tan estúpido?” en respuesta a la proposición de este de denegar acceso a Alemania a todos los inmigrantes que lleguen a las fronteras. Estos enfrentamientos directos parecen ser de las pocas cosas en las que Scholz está saliendo victorioso en esta campaña, aumentando un 3% la intención de voto a su partido tras el debate televisado sobre inmigración del 5 de febrero.
El Abismo (¿Y la Resurrección?)
La parte que sigue a los desafíos en el camino del héroe es el abismo y, con él, la muerte. Hacia esta muerte política parece ir encaminado Scholz, que ve cada día de esta semana final como un peldaño más en las escaleras hacia el patíbulo, que será el domingo.
¿Podrían los socialdemócratas haber enfocado la campaña de una manera diferente? Aún no sabemos los resultados, pero está claro que se abre aquí un periodo de profunda reflexión y reforma para un partido que claramente ha perdido el favor de un electorado que le dio el poder en 2021. Hacia dónde irá el partido ahora no lo podemos saber, tampoco el rol que tendrá en él nuestro protagonista.
En el camino del héroe que expone Campbell, cuando este muere en su punto más bajo, resucita antes de enfrentar el camino de vuelta a casa. Cuando regresa al mundo ordinario no lo hace con las manos vacías, sino que lo hace con lo que se ha venido llamando “La bendición” o “El elixir”. Esta recompensa no es sino el aprendizaje del camino, destilado a modo de conocimiento que usar como herramienta. Está por ver lo que los resultados del domingo ponen sobre la mesa y los pactos que salen de ellos pero todo parece indicar a que una coalición que deje fuera a AfD pasa por los socialdemócratas y por Scholz. El elixir con el que vuelve del camino debe ser suficiente para poder navegar no solo una necesaria renovación para un partido socialdemócrata que parece haber perdido su sitio o una posible coalición muy complicada al lado de CDU sino, por encima de todo, uno de los periodos más convulsos de la historia alemana reciente.