
El pasado 2 de julio de 2025, Donald Trump anunció un acuerdo comercial con Vietnam en el que se impone un arancel base del 20%. Esto llega después de que en el Liberation Day, autoproclamado por el propio presidente, se estableciera contra el país un 46%, la cifra más alta solo por detrás de Camboya (49%). Cuando el mandatario americano enseñó su famosa tabla (como si de Moisés en el monte Sinaí se tratase) empezaron a surgir teorías relativas a la relación entre cifras y países.
De repente, el país cuyo simple recuerdo evocaba los peores traumas de la Guerra Fría volvía a ser uno de los protagonistas de la política exterior estadounidense. La primera pregunta surge sola: ¿Por qué? ¿Qué ha sido Vietnam en estos últimos 40 años para volver al centro del tablero geopolítico? ¿Cuál es el interés que puede tener Estados Unidos en negociar acuerdos comerciales con el país asiático? ¿Qué implicaciones futuras tiene este acuerdo en un mundo cada vez más interconectado y multipolar? Vamos a ello.
Vietnam en datos
Para entender la deriva tomada por el gobierno de Donald Trump, primero hay que recordar que el Indo Pacífico será el centro de gravedad de la geopolítica mundial en los próximos años. Prueba de ello son las tasas de crecimiento de los países que componen la región y que se pueden observar en el siguiente gráfico. Aun así, mientras que Tailandia, Indonesia y Malasia han multiplicado su economía por entre 3 y 5 veces, Vietnam lo ha hecho por 9.
Una de las principales razones de este crecimiento ha sido la Inversión Extranjera Directa (IED), entendida como personas o empresas que invierten en el país para abrir un negocio, construir una fábrica o comprar parte de una empresa. Por ejemplo, que Samsung abra una fábrica de semiconductores en Vietnam es IED. Después de llegar a su pico en 1994 con un 11.9% del PIB, se ha mantenido constante alrededor del 4% los últimos 15 años, constatando su peso en la economía vietnamita.
Por otro lado, el principal motivo del éxito vietnamita son sus exportaciones y posición en la cadena de suministro global. En cuanto a las exportaciones totales, es el país número 15 en el ranking mundial, con 430 billones de dólares y creciendo un 68% en tan solo los últimos cinco años. Estas exportaciones son de gran valor si tenemos en cuenta la distribución que se muestra en el gráfico de abajo.
En lo referido a sus exportaciones, Estados Unidos es el mayor cliente, ocupando el 30% del total de exportaciones, mientras que China un 15%. Ahora empieza a entenderse mejor que Vietnam fuese un asunto prioritario para Trump. Asimismo, si tenemos en cuenta los productos que son exportados, casi la mitad de ellos son teléfonos y partes de móviles, productos eléctricos y electrónicos, además de maquinaria y equipamiento relativo a ella. De esta manera, usando la fórmula de grandes exportaciones y gran inversión extranjera, el país ha reforzado su posición como punto crítico en las cadenas de suministro de los países más importantes del mundo.
Vietnam en los últimos 40 años
Ahora bien, una vez visto el éxito del país asiático, toca preguntarse: ¿Cómo? ¿Cómo fueron capaces de revertir la situación de un país empobrecido al país de moda? La respuesta es Doi Moi. Doi Moi es el nombre que recibe la serie de reformas económicas que llevaron a cabo los dirigentes vietnamitas mientras que mantenían el sistema político intacto. Siguiendo esta receta, el país se liberalizó, abriendo todos sus mercados al mundo, mientras que el Estado seguía gobernado por un régimen comunista de partido único.
Así, construyeron un modelo de mercado socialista que recuerda al modelo de desarrollo chino. Aun así, la diferencia principal es que la capacidad del Estado de ambos países era bien distinta. Mientras que las élites chinas contaban con un sistema administrativo férreo que les permitía tener un mercado interno propio y una mayor centralización de la economía, Vietnam no tenía la capacidad para ello. Por ese motivo, a pesar de seguir una lógica parecida, en nuestro país protagonista primó la mayor apertura a la inversión extranjera y las empresas privadas.
Continuando con la influencia china, otro de los factores principales es el “China +1”. Dentro de las estrategias que rodean la cadena de suministro, los países intentan diversificar sus activos para que no dependan únicamente del gigante chino, resultando en una deslocalización que beneficia a los países cercanos. Dentro de esos países, Vietnam tiene una posición más que ventajosa por diversos motivos.
El primero de ellos es una mano de obra joven y numerosa que cobra la mitad que la china. Asimismo, la posición estratégica próxima a China y en medio de las rutas más comerciales juega muy a su favor. Por último, y como hemos hablado en el párrafo anterior, el contexto político en forma de tratados de libre comercio y el deseo del gobierno de seguir atrayendo capital extranjero ha hecho de Vietnam uno de los hubs comerciales más importantes del mundo.
Retos de sostenibilidad
Después de sentar las bases para un crecimiento próspero y haber conseguido resultados de crecimiento económico, el siguiente y último paso es el de pulir todos aquellos factores que pueden amenazar el trabajo realizado. En primer lugar, tenemos el arma del doble filo de las exportaciones. Al igual que es el motivo de su ascenso meteórico, su extrema dependencia a estas convierte a Vietnam en un ente vulnerable a riesgos geopolíticos como aranceles o bloqueos comerciales.
Por eso, la nación debe diversificar la composición de su economía con sectores en auge como el turismo. Siguiendo con los riesgos geopolíticos, también hemos visto que casi la mitad de sus exportaciones van para China o Estados Unidos, por lo que al país vietnamita le interesa mantenerlos a ambos contentos navegando con mucho cuidado en aguas tensionadas por la lucha por la hegemonía mundial.
El siguiente punto a tener en cuenta es la desigualdad. Si bien hay que reconocer que la pobreza extrema ha disminuido considerablemente y que se está desarrollando una clase media, muchos habitantes en regiones remotas se han quedado atrás. Además, por la propia naturaleza del sector industrial, existen muchos puestos de trabajos informales cuyos trabajadores no reciben pensiones o seguros sociales que los protejan.
Finalmente, el cambio climático es uno de los factores que suponen un mayor peligro para la sostenibilidad de la economía del país. Por un lado, la geografía vietnamita es altamente vulnerable a desastres naturales como inundaciones que podrían parar la máquina económica de la nación. Por otro, tenemos las emisiones de carbono. Debido a los numerosos tratados internacionales que obligan a los países a adoptar medidas que respeten el medio ambiente, el potencial real de la industria de Vietnam se puede ver gravemente limitado.
¿Y ahora qué?
Vietnam ha conseguido en los últimos cuarenta años una hazaña espectacular de desarrollo económico, pero ahora toca pensar en cómo sostenerlo. Si bien antes el único objetivo era el de crecer y crecer, ahora el país debe pensar en cómo gobernar la abundancia y cómo construir instituciones sólidas que eviten las desigualdades extremas dentro del propio país.
Lo que está claro es que las potencias quieren dejar de mirar a Oriente Próximo y centrar toda su atención en la región del Indo-Pacífico. Alianzas y tensiones se empiezan a formar, pero lo que prima es la ambivalencia estratégica entre Estados Unidos y China, donde países diversos, al igual que Vietnam, están mejor con los dos mercados a la vez: chino y americano. La guerra, en cualquiera de sus formas, no beneficia a Vietnam. Por eso hemos visto el acuerdo comercial liderado por Trump y, por ese motivo también, debemos estar atentos a cómo la nación vietnamita sigue luchando por una autonomía estratégica donde poder seguir creciendo.