
La muerte de Jean-Marie Le Pen el pasado 7 de enero ha tenido el efecto que suele tener la muerte de cualquier político relevante. Sus vídeos, con sus mejores y peores momentos, han vuelto a circular por redes “una última vez”. Uno de ellos, que desde luego puede ser de los más virales, nos sirve como excusa para ver qué es un partido sandía y por qué son bastante importantes en la política del momento.
Como veremos, a pesar de que esta breve intervención tenga más de 30 años, el asunto de los partidos verdes y las sandías ha dado mucho de qué hablar en todo este tiempo. Desde entonces nos cuestionamos si el ecologismo es verde por todos sus costados o si cambia de color en ocasiones.
¿Qué es un partido sandía?
Como nos decía Le Pen padre, el partido ecologista en Francia era como una sandía, “verde por fuera y roja por dentro”. La idea es que a pesar de mostrarse como un partido defensor del ecologismo, una vez se estudia la naturaleza (el interior) del mismo, se verá que en realidad traen las políticas de izquierdas de toda la vida. Esta reflexión de la sandía se ha exportado a muchos otros países, particularmente desde las posiciones más a la derecha, y siempre que los partidos verdes han cosechado buenos resultados electorales la sandía ha vuelto a aparecer en escena.
Es cierto que si miramos las alianzas políticas trazadas en los últimos años, siempre ha existido cierta simpatía entre los partidos etiquetados como ecologistas y la socialdemocracia. Un ejemplo nítido lo tenemos en Alemania, donde la coalición del semáforo integró a estos dos partidos junto a los liberales del FDP. En España, si bien no parece que haya un partido que se apropie de la etiqueta del ecologismo a nivel nacional, tanto Más País como, por ejemplo, Iniciativa por Cataluña Verdes (ICV, el partido del ministro Ernest Urtasun) son casos de partidos con tintes verdes integrados en una plataforma de izquierdas como Sumar o Unidas Podemos respectivamente.
¿Con esto basta para darle la razón a Jean-Marie? ¿Los ecologistas son simplemente izquierdistas con una fachada sostenible? Seguramente no. El tema ha sido bastante estudiado y las conclusiones a las que se llegan coinciden en una serie de puntos básicos.
¿Por qué el ecologismo se acerca más a la izquierda?
Los ecologistas son muchas veces percibidos como un grupo social más. En él podemos encontrar a animalistas, vegetarianos/veganos y otros. Esto es importante porque son entendidos como un grupo por la sociedad y en particular son percibidos como un grupo por los conservadores.
El ecologismo trae consigo una visión alternativa de cómo debemos vivir, de cuál debe ser el modelo que debe seguir un país o de cómo se deben producir los bienes que consumimos. El problema aparece cuando este modelo implica un cambio en el modelo de vida de los conservadores, que se sienten amenazados por las propuestas que les exigen un cambio. Veámoslo de otro modo.
En Estados Unidos, el autopercibirse como conservador es la variable que mejor explica el rechazo a las políticas climáticas. Esto no ocurre con los liberales (izquierdistas), quienes valoran positivamente estas políticas. Lo que sucede en este punto es que Le Pen utiliza la estrategia que tantas veces se ha implementado en su contra: la demonización.
“Nazis verdes” o “Comunistas verdes” han sido algunas de las expresiones usadas para referirse a este colectivo desde sectores derechistas. Si antes existió el temor rojo, la estrategia pasaba por renovarse con algo así como el terror verde. Como explica el profesor Peter J. Jacques, se comenzó a luchar contra esta preocupación en la derecha mediante la demonización del rival y expandiendo la negación del cambio climático al terreno científico. Este fenómeno, que comenzó en los años 90, sigue manteniéndose a día de hoy. Esto explica por qué la derecha no compra las tesis ecologistas, pero ¿por qué la izquierda sí lo hace?
El Eje GAL-TAN como respuesta
Se puede encontrar una respuesta satisfactoria mirando el famoso eje GAL-TAN. Esta escala que usamos en ciencia política para comparar el posicionamiento de los partidos, divide a las formaciones políticas en dos.
Por un lado, tenemos los GAL, que serían Green, Alternative y Liberal, o lo que es lo mismo, Verdes, Alternativos y Liberales. En frente están los TAN: Traditional, Autoritarian, Nationalist (Tradicionales, Autoritarios y Nacionalistas). Lo que sucede con este eje es que habitualmente se solapa con la vertiente económica. Es decir, si tu visión económica es de izquierdas normalmente vas a colocarte en el eje GAL y si es de derechas vas a estar en el eje TAN.
La tendencia se replica en varios países, por lo que se explica que si estás a la izquierda en términos económicos dentro del apartado cultural tienes más posibilidades de caer del lado verde.
El tema del posicionamiento económico lo podemos ver mejor en el siguiente gráfico. En él se recogen a algunos países de la OCDE con sus respectivos partidos verdes. Cuanto más hacia abajo nos movamos en el eje vertical, más a la izquierda estará la política económica del partido, y siempre que esta se encuentre por debajo de 0 (la línea discontinua) será más de izquierdas que de derechas.

¿Cuál es el futuro de los partidos sandía?
Habiendo explicado el matrimonio entre ecologistas y la izquierda, queda detallar qué puede suceder en el futuro con estos partidos. La familia de partidos verdes, en general, ha visto un descenso en sus apoyos electorales después de tocar techo en 2019 con las elecciones al Parlamento Europeo. A partir de ese momento han perdido muchos votos donde mejor funcionaban: Alemania y los países escandinavos. Con respecto al Die Grünen, Los Verdes alemanes, han sido bastante polémicos sus posicionamientos con respecto a Israel. Sin duda, lejos del resto de las izquierdas o de partidos verdes salvo contadas excepciones.
¿Esto es una tendencia aislada o un elemento de cambio? Si miramos a Austria, allí los verdes gobernaban hasta hace unos días con el ÖVP, perteneciente al Partido Popular Europeo. Y, de cara a las elecciones alemanas de febrero, los Verdes no descartan del todo llegar a algún pacto con los democristianos. Por esta razón quizá veamos que, en el futuro, el interior de la sandía puede cambiar de color si un gobierno depende de ello.